- Seguir una dieta rica en verduras y frutas para evitar el
déficit de determinadas vitaminas. Es recomendable no quitar la piel a la
fruta, ya que es en ella donde se acumulan la mayoría de vitaminas y minerales.
- Evitar cocinar los alimentos en exceso; la temperatura o el
tiempo excesivo de cocción puede destruir las vitaminas.
- Lavar las verduras recién compradas con agua hirviendo para
mejorar su conservación y evitar el deterioro enzimático.
- Moderar el consumo de tabaco y alcohol, ya que ambas
sustancias aumentan las necesidades vitamínicas, sobre todo el grupo B, ácido
fólico y vitamina C.
- Disminuir el consumo excesivo de azúcares, pues para poder
metabolizarlos aumentan los requerimientos de vitaminas del grupo B.
- Conservar y cerrar bien los envases de las vitaminas y
mantenerlos fuera del contacto de la luz y el oxigeno para evitar su deterioro.
- Existen complejos vitamínicos indicados para distintas
situaciones. Su farmacéutico le recomendara el producto que mejor se ajuste a
sus necesidades.
Fuente: El periódico de la Farmacia
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