Somos agua sobre todas las cosas. La sangre es 83% agua, los
músculos, 75% y el cerebro, 86%. Moriríamos antes de sed que de hambre. Hace
funcionar los riñones, facilita el transporte de nutrientes por el organismo,
hidrata la piel y regula la temperatura del cuerpo. Beber agua no es el único
modo de consumirla, hay agua en las frutas y en las verduras y en casi todas
las comidas. El mejor mecanismo para decidir cuánta agua necesitamos está inventado
y es natural: se llama sed.
Aceite de oliva
Su prestigio hace casi innecesaria justificar su presencia
en esta lista. Empecemos por decir que es saludable y cardioproetector, lo que
no quiere decir que adelgace. Posee la combinación adecuada de vitamina E y
polifenoles, unos potentes agentes antioxidantes. Previene la arterioesclerosis
y su consumo habitual mejora el perfil de los lípidos. Recientes estudio lo
relacionan con una mejora de la memoria y cierta protección contra la demencia
vascular y el ictus. Los mayores beneficios se han observado en el aceite de
oliva extra virgen.
Huevos
Versátiles, ubicuos y humildes. Los huevos contienen un 14%
de proteínas y los mejores aminoácidos de la dieta. Las grasas se concentran en
la yema que contiene una pequeña cantidad de colesterol y es rica en vitaminas.
La calara tiene un alto contenido de sodio. Contienen minerales como el hierro,
el azufre, el fósforo, el potasio y, contra la creencia popular, muy poco
calcio. Para considerar un huevo fresco, debe tener menos de 15 días en verano
y menos de tres semanas en invierno.
Fuente: El País Semanal 09/10/11
No hay comentarios:
Publicar un comentario