Las sandalias, el calzado más habitual de las mujeres en verano, exigen una pedicura impecable. Tras el invierno, los pies piden un respiro y es conveniente someterlos a una buena hidratación y exfoliación, y también algún tratamiento para mantenerlos libres de callos y durezas. Existen distintos tipos de pedicura en función de las necesidades y del tiempo de que disponen las usuarias. Las exprés para las que quieren rapidez; con parafina si se necesita una mayor hidratación; con tratamiento blanqueante de uñas; con baño relajante. Y la más innovadora, una exfoliación natural realizada por peces diminutos. Lo esencial es seguir cuidado los pies en casa con productos específicos para mantenerlos sanos y con buen aspecto. Esto se puede hacer de muchas maneras pero se recomienda comenzar con un gratificante baño, sumergiéndolos unos 20 minutos en agua templada con sal y unas gotas de aceite esencial de mente; con un chorrito de gel relajante. Y en caso de que se sude, añadir una cucharadita de bicarbonato con zumo de limón. Los pies quedan así mucho más descansados ligeros y a punto para una buena exfoliación. Un truco para potenciar el efecto de la hidratación es cubrirlos con una lámina de plástico y envolverlos en una toalla caliente después de haber aplicado un bálsamo o crema. El siguiente foco de atención debe ser los talones. Hay que frotarlos con piedra pómez para eliminar las durezas y grietas o peladuras. Sólo entonces se empezara a tratar las uñas. El último paso es retirar las cutículas y, si se quiere, pintar las uñas. Están de moda los colores verde y turquesa, muy atrevidos y que obligan a llevar la ropa y el calzado en sintonía. Pero también los rojos, grises, marrones y anaranjados.
miércoles, 10 de agosto de 2011
pies
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